Aprovechar las patentes para el crecimiento empresarial

Para seguir el ritmo del aumento general de la actividad empresarial, las transferencias de tecnología y las licencias de marcas, es importante que todas las empresas creen y protejan su propiedad intelectual (PI). La patente es un activo, al igual que nuestra casa, nuestro coche o nuestras joyas. Hay cuatro formas en las que se puede aprovechar este activo para el crecimiento empresarial. 

1) Oportunidades de financiación:

Las patentes pueden ayudar a las empresas emergentes innovadoras a atraer fondos de agencias gubernamentales, empresas de capital de riesgo (VC) y/o inversores ángeles. Es probable que el acceso a la financiación de capital de riesgo sea mayor cuando una empresa tiene patentes y/o solicitudes pendientes, además de una política sólida de gestión de la propiedad intelectual (Munari, Odasso y Toschi; 2011). Un estudio de 332 empresas de nanotecnología respaldadas por capital de riesgo confirmó la importancia de las “patentes de tecnología central en las decisiones de inversión de capital de riesgo” (Munari y Toschi; 2015). En India, Carbon Clean Solutions, con sede en Mumbai, una empresa con tecnología patentada para reducir el costo de la captura de dióxido de carbono, recibió Rs. 33 millones de rupias (aproximadamente 5 millones de dólares) por parte del gobierno británico en 2012.

2) Oportunidades de licencia:

Las patentes también se pueden licenciar o reasignar. En la concesión de licencias, el titular de la patente conserva los derechos sobre la tecnología y gana una regalía por permitir que uno o más licenciatarios exploten la tecnología para obtener ganancias comerciales. Las licencias pueden ser de diferentes tipos: licencias exclusivas, licencias no exclusivas, licencias únicas y licencias cruzadas. Los pagos anuales de regalías y licencias en 2013 representaron la asombrosa cifra de 310 mil millones de dólares (OMC; 2014). Por otra parte, en las reasignaciones, el titular de la patente pierde los derechos sobre la tecnología, es decir, el titular de la patente vende la invención a un tercero mediante el pago de una suma global.